He quemado una etapa y, solo cuando he olvidado
dónde fueron las cenizas, he respirado...  

...y ha sido el viento quien me ha empujado hacia adelante,
arroyando al miedo, sabiendo que solo quien arriesga es quien gana.

Encontré en el camino unas alas rotas que,

aún sabiendo lo débiles que se encontraban,

sabía que el tiempo me daría la confianza de alzar el vuelo

sin temor al mal de altura tras el despegue.

Y ahí seguimos mis alas y yo,

persiguiendo los sueños que se esconden entre las nubes. 

Es cierto que en mí se han producido incendios,

provocados por las tormentas que la mayoría de ellas descargan

y, aunque escuecen las quemaduras,

también he conseguido llegar a mi destino. 

Y aquí continúo,

                    por mi ruta de sueños,

                                        haciéndolos realidad.